martes, 20 de septiembre de 2016

Resumen del capítulo 9

La toma de decisiones

La toma de decisiones es una de las actividades que repetimos con mayor frecuencia a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, nuestras decisiones no siempre son sometidas a reflexión, guiándonos por nuestros impulsos y en forma automática. Se puede decir que, en algunas ocasiones, no somos conscientes de la repercusión que nuestras decisiones tienen en los demás.

En las organizaciones también se toman decisiones, y decisiones importantes. Decidir es contar con una buena técnica que nos permita acercarnos a las situaciones de la mejor manera posible, generar alternativas, hacer que nuestra inteligencia y emociones sean más productivas e incluso estar en armonía personal.

Muchas veces, los problemas no se resuelven en la forma adecuada porque, en el análisis de los mismos y en el proceso de la toma de decisiones que lleva consigo, los responsables de enfrentar las dificultades carecen de la visión del sistema en el que pretenden incidir. 

En las organizaciones, los niveles de decisión están vinculados con los niveles jerárquicos de las personas. Los pasos que generalmente se siguen en la toma de decisiones son los siguientes: Determinar cuál es el sistema sobre el que se pretende establecer una decisión, determinar quiénes serán idóneos para tomar las decisiones, identificar las opciones, identificar los atributos relevantes, establecer algún mecanismo de ponderación de dichas alternativas, elegir entre las alternativas aquella que mejor nos conduzca a los objetivos propuestos y verificar el impacto de la decisión tomada para identificar los posibles ajustes que se requieran.

Al tomar una decisión, los sentimientos suelen bloquear en muchos casos una toma de decisiones adecuada, sin embargo, en la década de 1980, el doctor Antonio Damasio estudió a pacientes con daño cerebral en el circuito prefrontal-amígdala, que es el responsable de integrar neurológicamente las emociones y los pensamientos. Dichos pacientes mantienen su coeficiente intelectual sin deterioro ni discapacidad cognoscitiva, a pesar de estar desconectados de componentes emocionales. Al parecer, la desconexión entre emociones y la razón nos conduce a no poder traer los recuerdos asociados con la valoración que hemos hecho anteriormente, por lo tanto el doctor Damasio llegó a la conclusión de los sentimientos son indispensables para la toma de decisiones racionales.

Existen también otras técnicas, entre las más utilizadas se encuentran: Entrevistas a expertos (obtenemos nuevas perspectivas de la situación), análisis de tendencias (analizar estadísticamente los datos disponibles para observas las tendencias de los fenómenos sobre los que pretendemos decidir), la técnica Deplhi o Delfos (consiste en presentar a un grupo de expertos las posibles alternativas ante una situación determinada e ir eliminando las opciones hasta quedar con una sola), la técnica TKJ (se emplea para detectar posibles causas de los problemas y proponer soluciones para los mismos) y el árbol de decisiones (consiste en diagramar los eventos posibles que se desencadenarían a partir de cada una de las alternativas que consideramos para solucionar un problema determinado y elegir la solución cuyos cálculos nos acerquen más a la situación deseada).

Otros métodos que pueden emplearse son: jerarquización analítica, diagramas de influencia, análisis de sensibilidad, modelos probabilísticos, simulación de impacto cruzado, el método de Markowitz y los métodos de Fishburn.

Cuando hablamos de estilos comunes en la toma de decisiones en las organizaciones, los mejores métodos son aquellos que disminuyen al máximo los riesgos de: 1) analizar equivocadamente el problema y sus causas; 2) generar conflictos entre los integrantes, provocados por ignorar a las personas importantes en la decisión misma; 3) afectar negativamente la autoestima de los miembros desmotivándolos, irritándolos o confundiéndoles; 4) propiciar ineficiencia por complicar las funciones vitales de la organización; 5) elevar los costos de operación, de mantenimiento por la falta de visión de los encargados de tomarlas.

Estilos que cada persona adopta cuando administra la toma decisiones: 1) autoritario; 2) administración participativa; 3) decisiones por mayoría; 4) cabildeo; 5) consenso o unanimidad y 6) concordancia. 

Cada organización tiene sus propios métodos para tomar decisiones dependiendo de su cultura y del estilo de liderazgo que se deriva de ella. Las decisiones tenderán a producirse tras series deliberaciones, diálogos y confrontaciones entre los integrantes del grupo responsable de tomarlas. Las distintas opiniones permiten enriquecerse con nuevas perspectivas para obtener alternativas más creativas.

Las decisiones son un tema de gran repercusión en la propia persona, por lo que se han desarrollado estudios psicológicos en esta línea. Una sensación de competencia repercute para tener una mayor confianza en sí mismos. 


Fuente: Zepeda F. (1999). Psicología Organizacional. México: Pearson-Hall.


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